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CPPB Curricula, Providers, Trainers and Courses

PROGRAMAS DE FORMACIÓN

Introducción

Potentially encompassed in a comprehensive preparation curriculum for practitioners operating on programmes and projects in the peacebuilding field, the sub-curriculum on Designing Peacebuilding Programmes (DPP) is a core-competencies course that prepares practitioners to work jointly with the programming and project cycle logic and conflict awareness and sensitivity logic.

There is a gap between the scale of people’s efforts and investment, the huge number of programmes, activities and organisations in the field, and the impact this is all having on peacebuilding and sustainable post-war recovery and stabilisation. This programme has been designed to close that gap. It is practical and operational, designed for policy makers, donors and practitioners, and those dealing with the daily challenges of peacebuilding, development and recovery in areas affected by war and violence.

It draws from across the entire breadth of operational experience, lessons learned and practical methodologies – doing so in a way that has been designed to enable agencies and organisations to go in-depth into their work and how they are doing it, coming out with better designs, better approaches, and with real effects.

Introducción

Este subprograma ofrece un curso de una semana de Planificación a nivel operativo, concentrándose en sus dos conceptos clave: Centro de gravedad y Diseño operativo. La planificación a nivel operativo es una planificación militar con el objetivo de diseñar operaciones y campañas de gran envergadura. La planificación de operaciones militares es un ejercicio complejo, especialmente cuando los planes tienen que incluir misiones de Consolidación de la Paz y Prevención de conflictos. Estos tipos de operaciones de respuesta a crisis se caracterizan por la complejidad del entorno de operaciones, que se compone de múltiples capas de factores políticos, militares, económicos, sociales, de información y de infraestructura relacionados entre sí. Las relaciones entre causas y efectos muy raramente son diáfanas, lo que complica la comprensión de las raíces del problema. Además, las condiciones deseables en este tipo de operaciones la mayoría de las veces solo se pueden conseguir mediante acciones cívico-militares sincronizadas.

Con independencia del alcance y la intensidad de la operación militar, los conceptos clave aplicados durante la planificación a nivel operativo incluyen el análisis del Centro de gravedad y Diseño operativo. Ambos conceptos son complementarios y ofrecen a los planificadores la manera de estructurar un problema complejo, de forma que sea posible identificar acciones que creen las condiciones deseadas. La capacidad de aplicar estos conceptos es una de las competencias clave de todo oficial del Estado Mayor.

El análisis de Centro de gravedad y el diseño operativo son dos conceptos sobre los que reposa toda la planificación de operaciones y los procesos de ejecución de la cultura militar occidental. El análisis de Centro de gravedad permite identificar los atributos clave de los principales actores involucrados en la crisis o el conflicto, mientras que el Diseño operativo se usa a lo largo de toda la operación para comunicar el papel proyectado para las fuerzas militares, desarrollar y adaptar planes operativos, sincronizar acciones y evaluar el progreso de la operación. El propósito general de este subprograma es formar a los planificadores militares en la creación de soluciones para los problemas complejos de nivel operativo mediante la aplicación del análisis de Centro de gravedad y el concepto de Diseño operativo.

Introducción

Según el OCDE-CAD, la Reforma del Sector de Seguridad supone transformar el sector de seguridad, lo que incluye a todos sus actores, funciones, responsabilidades y acciones, de forma que trabajen juntos para gestionar y operar el sistema de manera más coherente con las normas democráticas y unos sólidos principios de buena gobernanza. De esta forma contribuye a un marco de seguridad funcional (OECD-DAC). Las Naciones Unidas se refieren a la Reforma del Sector de Seguridad como “un proceso de determinación, revisión e implementación, así como de monitoreo y evaluación, llevado a cabo por autoridades nacionales que tiene como objetivo la mejora de la seguridad efectiva y responsable para el Estado y sus pueblos sin discriminación y desde un pleno respeto de los derechos humanos y el estado de derecho”.

La Reforma del Sector de Seguridad se reconoce cada vez más como uno de los métodos clave para que los donantes internacionales puedan contribuir a la seguridad y el desarrollo en estados frágiles y afectados por el conflicto (OCDE, 2007). La Reforma del Sector de Seguridad, a través de la creación de estado, reforma institucional, asesoría, monitoreo, tutelaje y formación, se ha convertido en una política clave de los actores internacionales de paz y seguridad como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (2014), y la Unión Europea (Comunicación conjunta, 2016) (ver recuadro 1). La UE especialmente lleva a cabo una serie de labores de Reforma del Sector de Seguridad a través del uso de Misiones de Política de Seguridad y Defensa Común, como las misiones de reforma de la policía en la República Democrática del Congo y Malí, y las misiones de formación en Somalia y Libia.

Introducción

Varios estudios y documentos oficiales de la UE han reconocido el proceso de Mediación, Diálogo y Negociación como algo crucial para un proceso de consolidación de la paz en varias etapas. La intervención de terceros en situaciones de conflicto humano tiene una dilatada historia, con una gran variedad de formas y funciones. Una respuesta común para resolver conflictos entre diferentes partes es la iniciación de negociaciones para conseguir un acuerdo aceptable para ambas partes; la mediación pretende facilitar este proceso de negociación. Además, el informe sobre la Implementación de la Estrategia Europea de Seguridad menciona que “Impedir que las amenazas se conviertan en fuentes de conflicto desde muy pronto debe ser fundamental en nuestro enfoque. La consolidación de la paz y la reducción de la pobreza a largo plazo son esenciales a tal efecto. Cada situación requiere un uso coherente de nuestros instrumentos, incluidos los políticos, diplomáticos, de desarrollo, humanitarios, de respuesta a crisis, económicos y de cooperación comercial, así como la gestión civil y militar de crisis. También deberíamos expandir nuestras capacidades de diálogo y de mediación”.

La UE ha reconocido que las capacidades de “Mediación y Diálogo” son necesarias y ha presentado el documento “Refuerzo de las capacidades de mediación y diálogo de la UE”. En este documento se dice con claridad que “La UE, como actor mundial comprometido con la promoción de la paz, la democracia, los derechos humanos y el desarrollo sostenible, generalmente es considerada un actor creíble y fiable desde el punto de vista ético en situaciones de inestabilidad y conflicto y por lo tanto está bien situado para mediar, facilitar o apoyar procesos de mediación y diálogo”. Los procesos de Mediación, Diálogo y Negociación son herramientas importantes y adecuadas para la consolidación de la paz y la prevención.

Introducción

La protección de civiles se define como “todas las actividades que tienen por objetivo garantizar el pleno respeto de los derechos de los individuos de acuerdo con la letra y el espíritu de los instrumentos jurídicos pertinentes: DIDH, DIH y Legislación sobre Refugiados”. No obstante, este mandato y su implementación se entiende de manera diversa entre los múltiples actores implicados en la protección de civiles, lo que lleva a una actuación descoordinada, incompleta y limitada, pese a que existen orientaciones para el desarrollo de estrategias de protección de civiles integradas. Los civiles siguen siendo las principales víctimas de los conflictos armados y la incapacidad de las misiones de mantenimiento de la paz y los programas de PCCP para protegerlos socava la credibilidad y legitimidad de éstos. Es necesario ir más allá del conocimiento teórico de los instrumentos de protección de los derechos humanos (el Derecho Internacional de Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario y la Legislación sobre refugiados) para saber cuándo utilizarlos y cómo hacerlos operativos para mejorar las prácticas de protección. Además, la protección de los civiles requiere la acción oportuna, flexible y concertada de todos los diversos actores de protección presentes en un determinado contexto: desde los propios civiles y los representantes del gobierno local a las ONG humanitarias y las fuerzas de mantenimiento de la paz, que deben entender las responsabilidades, los límites del mandato y las capacidades respectivas para hacer realidad esa protección. A través de su enfoque multi-actores e integral, esta formación en protección de civiles para misiones de mantenimiento de la paz es un hito en la formación sobre PCCP que pretende mejorar la cooperación, diseñar objetivos de protección mensurables y aumentar la responsabilidad y las capacidades de protección locales.

Introducción

La investigación ha mostrado que los recursos naturales están relacionados con el conflicto y la violencia (armados) de varias maneras: pueden desencadenar, exacerbar o prolongar conflictos. La cifra que sigue demuestra con cuánta frecuencia los recursos naturales están asociados al conflicto. Para resultados e informes de la investigación, ver PNUD, 2009, así como artículos e informes en la Librería de proyectos para la consolidación de la paz a través del medio ambiente (2017a) y el Programa de investigación de la Universidad de Uppsala (DPCR, 2014).

Gráfico: Recursos naturales y conflicto armado

En las últimas dos décadas, el medio ambiente y los recursos naturales también han pasado a formar parte de la práctica de la consolidación de la paz y el debate académico. Se ha creado el término “consolidación medioambiental de la paz”, que se usa cada vez más para describir procesos que giran en torno a la gestión de los recursos naturales y prevención de conflictos, consolidación de la paz y transformación de conflictos. No obstante, no existe una coherencia entre actores internacionales acerca de cómo se entiende y se implementa la consolidación medioambiental de la paz, que cubre asuntos que van de la gobernanza de los recursos naturales o la protección medioambiental al cambio climático, etc. Para evitar la confusión acerca del tema de este subprograma, el texto que sigue define los conceptos necesarios y presenta ejemplos de prácticas ya existentes.

Recursos naturales y conflicto armado

Gráfico: Recursos naturales categorizados en

El vínculo entre recursos naturales (RN) y conflicto es por lo menos doble: en primer lugar, el medio ambiente y los recursos naturales se encuentran sometidos a una presión cada vez mayor debido a los cambios demográficos (aumento de la población), urbanización, migración, así como un agotamiento y contaminación de los recursos naturales creciente, más rápido y más extendido, por ejemplo, desertificación debida al cambio climático. A su vez, esto crea un potencial de conflicto y violencia armada, por ejemplo en torno a la tenencia de la tierra y el acceso al agua, que puede desembocar en problemas como la inseguridad alimentaria. Un ejemplo son los conflictos (que a veces se vuelven violentos) entre las comunidades pastoralistas del Cuerno de África en torno a los recursos hídricos agotados y los pastizales (ejemplos: Mkutu, 2001 y Bevan, 2007). Además, las protestas acerca de la contaminación debida a la extracción de recursos naturales (ej. vertidos de petróleo), y sus consecuencias pueden volverse violentos y provocar a su vez reacciones violentas por parte de las fuerzas estatales. En segundo lugar, los recursos naturales se pueden convertir en recursos conflictivos, y contribuir a la exacerbación y/o continuación de un conflicto armado que tenga varias causas raíz que vayan más allá de los recursos. En este sentido, la explotación y/o comercio sistemáticos en el contexto de un conflicto armado a menudo contribuye a o resulta en violaciones de los derechos humanos serias y extendidas. El crecimiento, la producción y el tráfico de narcóticos en Afganistán y la extracción y comercio de diamantes en Sierra Leona son ejemplos de recursos conflictivos.

Recursos naturales en/para la Consolidación de la paz Por mucho que los recursos naturales estén relacionados con el conflicto armado, un recurso natural también puede contribuir a /usarse para la consolidación de la paz. Para ello es central la gestión o gobernanza de recursos (potencialmente) conflictivos en contextos post-guerra/conflicto, por ejemplo cuando ya están en marcha las actividades de consolidación de la paz. La gestión de recursos naturales hace referencia a instituciones, políticas y prácticas que gobiernan tierra, agua, bosques, minerales, hidrocarburos etc. Según la ONU (2012), la gestión de los recursos naturales sensible al conflicto se da “si el poder de tomar decisiones acerca de recursos vitales puede ser contestado por parte de diferentes actores sin recurrir a la violencia” (ONU, 2012). El término consolidación medioambiental de la paz se ha filtrado en el discurso para describir un proceso que “incorpora la gestión de recursos naturales en las actividades y estrategias de pacificación para apoyar objetivos de seguridad, humanitarios y de desarrollo” (Consolidación medioambiental de la paz, 2017b). La práctica de consolidación medioambiental de la paz busca dar respuesta a las necesidades de “comunidades biodiversas en todo el mundo que tienen dificultades para prevenir o mitigar conflictos en torno a los recursos naturales” (Ajroud y Edmond, 2015). El ejemplo de Afganistán ilustra en primer lugar el vínculo entre recursos naturales y conflicto/violencia armados y en segundo lugar el potencial para actividades (internacionales) de consolidación de la paz en torno a la gestión de recursos naturales: un informe del equipo de país de la ONU en Afganistán apunta a que “Los recursos naturales son fuente de numerosas fracturas en Afganistán y en la región. El reparto del agua a nivel local y transfronterizo, las disputas en torno a la propiedad de la tierra, el tráfico de drogas en la región y el contrabando ilegal de madera de gran valor generan ya tensión y conflicto. Las recientes inversiones en extracción de minerales e hidrocarburos podrían general nuevos problemas si no se gestionan adecuadamente” (Brown y Blankenship, 2013, prólogo). Los recursos naturales son fuente o motor del conflicto, y por esto desempeñan un papel importante en la transformación de conflictos (violentos). Por eso los RN y su gestión deberían tenerse en cuenta en las actividades de consolidación de la paz. Es vital que la comunidad internacional de consolidación de la paz que trabaja en Afganistán transversalice los aspectos medioambientales en sus acciones y estrategias. Se trata de un buen ejemplo de cómo ambas disciplinas pueden fusionarse. En Afganistán, la consolidación de la paz por terceros combinada/concentrada en esfuerzos de gestión de recursos naturales puede cubrir muchas actividades del abanico de la consolidación de la paz: dar ejemplo, hacer de los enfoques sensibles al conflicto un requisito estándar para proyectos de desarrollo que tengan impacto en los recursos naturales, promover la concienciación y comprensión del papel de la gestión de los recursos naturales, crear capacidades a través de la formación y la educación en una gestión de los recursos naturales participativa y sensible al conflicto, incluyendo la facilitación de competencias técnicas e incentivando la participación pública e inclusión en la mediación y negociación de conflictos correlacionados con la gestión de recursos naturales a nivel regional y comunitario, compilación de datos y alerta temprana en torno a conflictos de recursos naturales y violencia.

Los recursos naturales son fuente y/o motor de conflictos, por lo que desempeñan un papel importante en la transformación de la violencia. Por esta razón, los recursos naturales y su gestión deben tenerse en cuenta en las actividades de consolidación de la paz. Es fundamental que la comunidad internacional implicada en la construcción de la paz en Afganistán incorpore los aspectos medioambientales en sus estrategias y acciones, estableciendo un buen ejemplo de cómo se pueden fusionar las disciplinas de consolidación de la paz y gestión de recursos naturales. En Afganistán, la construcción de la paz por parte de terceros, combinada con los esfuerzos de la gestión de recursos naturales podría implementar una gran número de acciones dentro de las estrategias de consolidación de la paz, por ejemplo, haciendo que los enfoques sensibles al conflicto sean un requisito esencial para los proyectos de desarrollo de recursos naturales, promoviendo la conciencia y la comprensión del papel de la gestión de recursos naturales en la construcción de la paz, capacitando y educando para una gestión de recursos naturales participativa y con sensibilidad de conflicto, incluyendo la capacitación en competencias técnicas, y apoyando la participación pública e inclusiva en la mediación y la negociación de los conflictos en el ámbito de los recursos naturales a nivel regional y comunitario o la recolección de datos para la alerta temprana en torno a estos conflictos.

Introducción

Hay investigaciones que demuestran que los recursos naturales están relacionados con el conflicto (armado) y la violencia en diferentes maneras: pueden desencadenar, exacerbar o prolongar conflictos. El vínculo entre recursos naturales (RN) y el conflicto es por lo menos doble: en primer lugar, el medio ambiente y los recursos naturales se encuentran sometidos a una presión cada vez mayor debido a los cambios demográficos (aumento de la población), urbanización, migración, así como un agotamiento y contaminación de los recursos naturales creciente, más rápido y más extendido, por ejemplo, desertificación debida al cambio climático. A su vez esto crea un potencial de conflicto y violencia armada, por ejemplo en torno a la tenencia de la tierra y el acceso al agua, que puede desembocar en problemas como la inseguridad alimentaria. Un ejemplo son los conflictos (que a veces se vuelven violentos) entre las comunidades pastoralistas del Cuerno de África en torno a los recursos hídricos agotados y los pastizales (ejemplos: Mkutu, 2001 y Bevan, 2007). Además, las protestas acerca de la contaminación debida a la extracción de recursos naturales (ej. vertidos de petróleo), y sus consecuencias pueden volverse violentos y provocar a su vez reacciones violentas por parte de las fuerzas estatales. En segundo lugar, los recursos naturales se pueden convertir en recursos conflictivos, y contribuir a la exacerbación y/o continuación de un conflicto armado que tenga varias causas raíz que van más allá de los recursos. En este sentido, la explotación y/o comercio sistemáticos en el contexto de un conflicto armado a menudo contribuye a o resulta en violaciones de los derechos humanos serias y extendidas. El crecimiento, la producción y el tráfico de narcóticos en Afganistán y la extracción y comercio de diamantes en Sierra Leona son ejemplos de recursos conflictivos.

Gráfico: Recursos naturales y conflicto armado

Recursos naturales y conflicto armado

Recursos naturales categorizados en:


Recursos naturales y prevención de conflictos armados a nivel de la comunidad

La prevención busca evitar la aparición, escalada, expansión, intensificación o re-escalada/reaparición de la violencia. Se puede distinguir entre prevención estructural, a largo plazo, por ejemplo mediante el establecimiento de consejos locales para el diálogo inter/intra comunitario y la prevención directa u operativa para frenar la escalada, expansión o intensificación de la violencia, por ejemplo a través de la mediación y la negociación. Las soluciones a nivel de la comunidad para la prevención son especialmente pertinentes, ya que son las comunidades quienes se ven directamente afectadas y sufren, por ejemplo, el agotamiento o la contaminación de sus recursos naturales. El trabajo con y de las comunidades es vital para las actividades de prevención eficaces.

Introducción

A lo largo de las dos últimas décadas, el trabajo de consolidación de la paz y prevención ha aumentado considerablemente tanto en volumen como en complejidad. Los profesionales pueden ser testigos habituales de violencia y trabajan con individuos que han sufrido graves atrocidades. Se ven expuestos al estrés que conlleva la responsabilidad de intervenir para ayudar a otros y lidiar a veces con resultados negativos. Los efectos intra- e interpersonales de trabajar en situación de conflicto se reconocen desde hace tiempo desde el punto de vista teórico. Los expertos en trauma reconocen que los profesionales pueden experimentar trastornos de estrés postraumático (TEPT) después de ser testigos de atrocidades y también estrés traumático secundario por trabajar con personas que las han vivido. Incluso cuando no quedan traumatizados, los trabajadores pueden sentirse cansados, o sentir impotencia e incluso depresión. Desafortunadamente, el enfoque de estos fenómenos hasta el momento ha sido principalmente reactivo. En general, solo se ofrece asesoramiento psicológico a aquellas personas que muestran dificultades a la hora de lidiar con la situación durante o después de las misiones de paz. Este tipo de enfoque tiene el riesgo de señalar a estas personas como más débiles, sensibles o incapaces de llevar a cabo la tarea, lo cual responsabiliza del problema a la persona en lugar de a las circunstancias.

Un enfoque más sistemático y proactivo puede dotar a los profesionales con aptitudes en autoasistencia, autonconsciencia y fortalecimiento de la resiliencia. Además, puede dar formación a los profesionales, y promover vías de ayuda recíproca entre ellos. Todavía más importante es que reduce la humillación y el estigma en torno a este tema, ya que reconoce que se trata de riesgos potenciales en este tipo de labor. Hasta hacer poco, muy pocas instituciones y organizaciones lo tenían en cuenta y ofrecían formación, asesoría y servicios de recuperación como parte del programa estándar de capacitación para misiones. Las organizaciones deberían ser más sensibles en lo que se refiere a los riesgos potenciales de este trabajo y su impacto potencial en la salud de sus trabajadores, las relaciones interpersonales del equipo y el rendimiento profesional. Deberían reconocer su responsabilidad en la promoción de la salud y el bienestar de sus trabajadores y hacer de ellos su prioridad. A tal fin, recomendamos la inclusión de módulos de formación sobre autoasistencia antes, durante y después del despliegue. Hemos visto cómo bastantes agencias empiezan a dar prioridad y a desarrollar estos modelos, y existe margen para que éstos se desarrollen y se implementen de forma sistemática.

Introducción

Mujeres y hombres pueden experimentar el conflicto armado de forma distinta. Los hombres tienden a ocupar posiciones de poder como combatientes, políticos y negociadores (Iniciativa de consolidación de la paz, 2008). Las mujeres, que suelen cargar con la mayor parte de las responsabilidades en materia de cuidados y hogar, se encuentran en una situación de riesgo frente a la violencia de género durante y después de la guerra. Por ejemplo, la violación ha sido empleada con táctica de guerra en diferentes contextos, como por ejemplo en Bosnia y Ruanda. Además, las mujeres desplazadas son vulnerables ante el asalto sexual en los campos. Esta violencia o amenaza de violencia restringe su libertad de movimiento, puede afectar a su salud mental y también socavar su capacidad de cuidar de otros.

En un entorno post-conflicto, el alto nivel de militarización durante la transición política, la dominación continuada de los combatientes y la falta de estabilidad política hacen que el riesgo de que las mujeres sufran violencia doméstica, violaciones y acoso no deje de aumentar, y también les dificulta el acceso a la ayuda.

Las fuerzas de seguridad, incluyendo tropas de mantenimiento de la paz, policía y ejército, que garantizan la prevalencia de la ley y el orden en una sociedad, pueden encontrarse con víctimas durante la guerra, en los campos de refugiados o durante la transición posterior al conflicto. Las fuerzas de seguridad pueden verse en situación de tener que proteger a una mujer que esté en peligro, o llevarla a un lugar seguro. Quizás tengan que intentar obtener declaraciones de mujeres acerca de su experiencia con la violencia o recabar pruebas inmediatamente después de un incidente, cuando la mujer se encuentra vulnerable y traumatizada.

La sensibilidad es una subcategoría clave en esta formación. Implica fomentar la comprensión y desarrollar una conciencia de las circunstancias específicas de diferentes grupos de personas que a menudo se ven marginados, como las mujeres o las culturas no occidentales. Incluye además el asumir que un único enfoque de la PCCP no puede tener en cuenta variaciones entre diferentes culturas o situaciones de conflicto. Además, insta a los actores a prestar atención a necesidades específicas de la población a la que sirven. Esto puede incluir situaciones de trauma o diferentes necesidades de aprendizaje.

Esta formación tiene por objetivo potenciar la sensibilidad de género a través del reconocimiento de las dinámicas específicas de la violencia de género. Además, la formación promueve la sensibilidad ante el trauma, ya que destaca sus dinámicas y las necesidades de los supervivientes traumatizados. Promueve la sensibilidad cultural y ante el conflicto, ya que admite que las dinámicas de la violencia de género pueden ser diferentes en función de la cultura o el conflicto, y que las respuestas deberían adaptarse a las necesidades del área específica en la que se trabaja.

Este programa puede adaptarse a otros actores, como trabajadores de ONG, organizaciones internacionales, y misiones de mantenimiento de la paz, sectores todos en los que el desarrollo de nuevas actitudes, capacidades y conocimiento en torno al trabajo con supervivientes resultaría muy útil. La formación se puede adaptar a los asistentes concretos incluyendo ejemplos de casos y escenarios simulados específicamente adaptados a lo que cada actor podría encontrarse.

Los ejemplos mostrados durante la formación deberían adaptarse a los países específicos de despliegue y las dinámicas concretas de la formación.